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30/06/2020 / Alfredo Cabezas / 1.185

El baño inteligente también es sostenible y fácil de montar

Inodoros que se elevan del suelo, bidés que se integran en el inodoro incorporando la última de las tecnologías, duchas ‘invisibles’ o muebles inalterables al paso del tiempo que reinventan el sentido del orden son algunas de las soluciones que componen el baño inteligente que empieza a imponerse entre los baños de los hogares españoles.

El baño se ha convertido en una de las estancias más importantes de la casa. De hecho, según un informe que analiza en qué tareas gastamos más tiempo las personas, en esta estancia pasamos 1 año y 6 meses de nuestra vida en una media de 6 visitas por día. Y, no solo eso, invertimos hasta 92 días en el inodoro. Teniendo en cuenta estos datos no sorprende que, al igual que ya ha ocurrido en otras estancias de la casa como la cocina, el baño por fin se aleje del tradicional concepto de toda la vida y empiece a incorporar la tecnología para convertirse en un espacio mejor en diseño, en confort, en limpieza y también en sostenibilidad.

Precisamente la sostenibilidad es un criterio cada vez más importante en el diseño del baño inteligente, sobre todo teniendo en cuenta que en los hogares se consumen 132 litros de agua por persona al día, según datos del Instituto Nacional de Estadística, y que, concretamente, en el baño se emplea un 70% del total. Además, el simple gesto de ‘tirar de la cadena’ puede suponer un gasto de 10 litros en cada uso, de manera que hasta una quinta parte del consumo diario se va por el inodoro.

 

La tecnología más sostenible en el baño

En este sentido, la tecnología se ha puesto al servicio de la sostenibilidad en esta estancia, de modo que, más allá de apelar a la responsabilidad de los usuarios para cerrar el grifo mientras se lavan los dientes o sustituir el baño por duchas rápidas, sean las propias soluciones que utilizamos diariamente las que se encarguen de un consumo eficiente de los recursos.

Así, ya existen soluciones como las cisternas empotradas, que pueden reducir a más de la mitad el volumen de descarga de la cisterna del inodoro, llegando a ahorrar hasta 6.000 litros de agua al año, cantidad que sería suficiente para llenar una piscina familiar.

¿Cómo es posible? Estas cisternas cuentan con un sistema de doble descarga que permiten seleccionar la media descarga de 3 litros o la completa, ajustable a tan solo 4,5 litros, frente a las cisternas vistas tradicionales, que consumen 9 litros o incluso más. También existen modelos de pulsadores con volumen de descarga interrumpible, de manera que el propio usuario decide cuánto caudal de agua quiere gastar cada vez que utiliza el inodoro. Pero, no solo la cisterna vale, también es importante que los inodoros estén preparados y sean compatibles con estos sistemas tan eficientes para funcionar con volúmenes ajustados de agua.

A la eficiencia en el consumo de agua en el baño ayudan también a los grifos electrónicos inteligentes, que detectan la presencia del usuario y se activan con un sensor infrarrojo. Este sistema es muy práctico y, sobre todo, sostenible al permitir controlar cualquier derroche innecesario. Su tecnología activa el flujo de agua al detectar las manos y evita que siga fluyendo más tiempo del necesario. Esto, aunque pueda parecer un detalle sin importancia, es crucial si tenemos en cuenta que un gesto tan cotidiano como lavarse las manos al llegar a casa, o los dientes antes de dormir, supone un gasto de 1,5 litros de agua -que pueden llegar a 30 litros si no se cierra el grifo-.

Asimismo, a la hora de velar por la sostenibilidad de nuestros baños, también son imprescindibles otras alternativas como la elección de soluciones fabricadas con materiales que permitan cuidar el entorno también a la hora de limpiar. Así, pulsadores con revestimiento easy-to-clean impedirán las marcas de las huellas dactilares en las superficies, evitando el uso de productos limpiadores agresivos para el medio ambiente.

 

Las soluciones empotradas y su sencillo montaje

¿A medida que incorporamos la tecnología a esta estancia añadimos también más complejidad en su mantenimiento? Es una de las preguntas más frecuentes. Y es que soluciones innovadoras como las cisternas empotradas todavía están rodeadas de falsos mitos como que su montaje e instalación requieren de aparatosas obras en casa.

Nada más lejos de la realidad, el montaje de una cisterna empotrada es realmente sencillo para un profesional. ¿Qué aspectos deberá tener en cuenta el instalador para sustituir, por ejemplo, una cisterna vista tradicional por una empotrada? Lo primero será determinar cuál es el tipo de pared.

En el caso de tratarse de una pared de obra de más de 10 cm de espesor, se puede instalar directamente en el interior de la pared. En paredes ligeras, los bastidores de instalación autoportantes permiten montar una cisterna empotrada por una solo persona y en muy poco tiempo.

También se puede elegir la instalación de la cisterna por delante de la pared existente, creando un murete hasta el techo o una mocheta. Esta solución permite crear interesantes soluciones como repisas para colocar los cosméticos o huecos con estantes y luces indirectas que ofrecen un ambiente relajante.

Una vez instalada la cisterna, otra de las preocupaciones fundamentales de los usuarios es si habrá que ‘picar la pared’ en el caso de que surja algún problema. Hay que abandonar este falto mito. Lo cierto es que su mantenimiento no necesita obras ya que se accede fácilmente al mecanismo de la cisterna a través del hueco del pulsador que activa la descarga y sin necesidad de utilizar herramientas.

Igualmente, el hecho de que la cisterna no esté a la vista y el inodoro esté suspendido, suscita la pregunta sobre si son seguras o no. Hay que saber que esta tecnología está integrada en un bastidor de acero que permite regular la altura del inodoro y soportar sin problema todo el peso de la taza y el usuario.

De hecho, el bastidor más el inodoro son capaces de soportar hasta 400 kg de peso, lo que lo convierte en un sistema totalmente estable.

Además, empotrar las soluciones sanitarias en la pared tiene innumerables ventajas, sobre todo si se trata de baños pequeños. Aportan sensación de amplitud y ayudan a ganar espacio al esconder la tecnología detrás de la pared. De hecho, con una cisterna empotrada se pueden ganar hasta 15 cm de espacio en el baño.

Por otro lado, al situarse detrás de la pared, estas soluciones minimizan el ruido del llenado y de la descarga de agua, lo que garantiza un entorno más silencioso y confortable, algo muy valioso cuando se utiliza el baño por la noche o hay alguna visita en casa.

Pero esto no es todo ya que aportan más posibilidades de diseño en una estancia en la que cada vez nos preocupamos más por la estética. Cuidar hasta el más mínimo detalle es imprescindible, por eso también existe un amplio rango de diseños y modelos de pulsadores que, además, incorporan innovadoras funciones como el módulo de eliminación de olores o la descarga que se activa electrónicamente, por sensor de infrarrojos, sin necesidad de contacto.

Datos del autor
Nombre Alfredo Cabezas
Empresa Geberit Iberia
Cargo Director de marketing y comunicación
Biografía

Art. Online
Entrevistas

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