Coincidiendo con la Semana Europea de lucha contra la Pobreza Energética, que se celebra desde el día 17 al 22 de febrero, la certificación WELL ha organizado el Encuentro “La pobreza energética y el confort térmico” para tratar el impacto de esta problemática en la edificación y las soluciones prácticas para reducir el mismo.
Moderada por Bieto Silva, responsable del certificado WELL en el centro tecnológico ITG, partner del Internacional WELL Building Institute en España, esta jornada contó con la participación de José Luis López, director de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), entidad pionera en el estudio de la pobreza energética en nuestro país, y Félix García-Primi, Sustainability & Technical Manager de Knauf Insulation, compañía referente en la investigación, producción y comercialización de soluciones sostenibles de aislamiento.
Para Silva son seis los factores (tres ambientales y tres personales) que inciden en el grado de confort térmico, destacando la temperatura ambiente, la velocidad y temperatura del aire, así como la vestimenta, la humedad y la masa metabólica de cada persona. “Contextualizar el concepto de confort térmico puede tener diferentes respuestas porque se trata de una cuestión subjetiva. Sin embargo, está considerado como uno de los factores que contribuyen a la satisfacción general en los edificios”, destacó.
En este sentido, la certificación WELL promueve la productividad a través del diseño mejorado del sitema HVAC (Calefacción, Ventilación y Aire Acondicionado) y cumplir con las preferencias térmicas.
Por su parte, José Luis López, directora de la ACA, además de concretar los proyectos en los que esta Asociación está trabajando para encontrar soluciones a la pobreza energética, como proyecto EPIU Getafe, hogares saludables, liderado por el Ayuntamiento de Getafe, que durante tres años abordará la lucha contra esta problemática desde un enfoque preventivo, aportó los datos que evidencian que el escenario post-COVID empeorará la situación energética de los hogares.
Impacto de la crisis derivada de la COVID-19
Una de las causas de la pobreza energética es el contexto actual. Los indicadores macroeconómicos reflejan el impacto de la crisis derivada de la COVID-19: 2020 se cerró con una bajada en el 11% en el PIB respecto al año anterior, con cerca de cuatro millones de desempleados y 700.000 en situación de ERTE. “Hemos detectado una desigualdad energética entre los diferentes niveles de renta en nuestro país: mientras las familias con mayores ingresos gastan de media 9 euros por persona y metro cuadrado en energía, el 10% de las familias con menos ingresos gastan 6 euros por persona y metro cuadrado”, destacó el director de la ACA.
La actualización de datos, con referencia a 2019, de la pobreza energética realizada por el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), y publicada el pasado 12 de noviembre de 2020, muestra una mejoría respecto a 2018, sobre todo en los indicadores subjetivos (temperatura inadecuada y retrasos en el pago de facturas). “No obstante”, aclaró José Luis López, “no refleja la situación actual ni el impacto de la pandemia, que puede ser muy preocupante”.
Erradicar la pobreza energética
Entre las soluciones planteadas por la ACA para erradicar la pobreza energética, destaca mejorar las ayudas existentes (bono social eléctrico y térmico), abordar las causas estructurales del problema (modelo enegético en relación a los altos precios de la energía –luz y gas- y eficiencia energética de los edificio), velar por el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 (Energía asequible) y aprovechar los fondos europeos para impulsar la rehabilitación del parque de edificios, priorizando situaciones de vulnerabilidad. También esta Asociación demanda más campañas de información, formación, sensibilización y empoderamiento de la ciudadanía, y la consideración de la energía como derecho y mayor protección del consumidor vulnerable.
Para finalizar, Félix García-Primi, Sustainability & Technical Manager de Knauf Insulation, situó el contexto normativo vigente (Código Técnico de la Edificación) y la situación edificatoria en nuestro país (el sector de la construcción representa el 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero y el 19% del consumo total de la energía final).
“El 16% de las viviendas en España, dos millones aproximadamente, se encuentran en muy mal estado de conservación, que hace necesario rehabilitar con criterios de aislamiento sostenible para la mejora de la calidad del aire interior”, explicó el experto. Recordó, asimismo, que la envolvente opaca, la fachada, es la piel del edificio y la más importante actuación que hay que acometer para conseguir el confort térmico y así poder luchar contra la pobreza energética.
También el representante de Knauf Insulation abordó los principales tipos de rehabilitación en cuanto a aislamiento: continuo por SATE en fachada, en trasdosado en el interior de la vivienda y en la cámara de aire exterior en edificios antiguos. Abogó finalmente por cambios normativos que incrementen las exigencias de los valores de transmitancia térmica de los que depende conseguir un alto nivel de confort.
Este encuentro, que pudieron seguir los asistentes en abierto a través del canal de Youtube de la certificación WELL, contribuyó a acercar posturas sobre las herramientas disponibles para erradicar la pobreza energética, un problema que ya sufre el 10% de los ciudadanos en algún momento de su vida.
Y ADEMÁS
Política de privacidad | Cookies | Aviso legal | Información adicional| miembros de CEDRO