El modelo de movilidad cien por cien eléctrico afianza su presencia en Europa al superar en agosto el 21% de las ventas de coches en la Unión Europea, según cifras de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles.
Este dato supone un aumento de casi el doble respecto al 2022, cuando se vendieron un 13% de vehículos eléctricos. Además, la Agencia Internacional de Energía prevé que España aumentará un 35% sus ventas de vehículos eléctricos al finalizar este año 2023, aunque el país sigue manteniendo un ritmo más lento respecto a la media europea.
“El mercado está iniciando su desarrollo y podemos aprender de otros países que hacen las cosas de una forma distinta. Los países nórdicos nos llevan ventaja en número de coches eléctricos, entre otras cosas, gracias a sus programas de subvenciones eficaces, pero estamos ante un crecimiento en nuestro país. España puede aprovechar ser el séptimo productor de coches a nivel europeo para hacer la transición hacia una movilidad eléctrica más sostenible”, comenta Henrik Bergman, director regional de Charge Amps en España. “Para ello, es fundamental concienciar no solo sobre los beneficios del coche eléctrico, sino también sobre la importancia de realizar instalaciones de puntos de carga eficientes que miren al futuro”.
El crecimiento en la venta de vehículos de cero emisiones provoca un segundo aumento: el del número de instalaciones de puntos de carga. “Los cargadores no solo deben transferir energía a los vehículos, sino que también deben ser sencillos de desplegar, cambiar, ampliar y mantener.
Las soluciones convencionales de carga en corriente alterna están basadas en instalaciones locales, configuraciones estáticas con cableado que muchas veces requieren una asistencia presencial para efectuar tareas. Se trata de soluciones de carga que dependen de que el instalador se desplace al parking para su configuración y su revisión o mantenimiento, lo que supone costes adicionales en tiempo y mano de obra, y una intervención manual conlleva riesgos de errores humanos.
“En cambio, los sistemas de vanguardia permiten un manejo remoto con configuraciones automáticas e ilimitadas que reducen costes y complejidad”, asegura Bergman, quien advierte de que “el crecimiento del sector apunta a que, por cada dos puntos de carga que se instalan hoy, en breve se instalarán veinte. Si seguimos gestionando los puntos de carga como hasta ahora, la complejidad crecerá exponencialmente”, explica Henrik Bergman de Charge Amps. “Para evitar esta situación, hacen falta sistemas de última generación que faciliten el proceso y sean capaces de suplir el auge de la demanda reduciendo errores, tiempo y costes”.
Los sistemas automáticos e inteligentes, sin cableado estático, permiten llevar a cabo reconfiguraciones y tareas de mantenimiento a distancia, lo que disminuye costes, materiales, errores humanos y tiempo.
Con esta forma de trabajar, se reduce la complejidad y se agilizan tanto la primera instalación como todas las posibles revisiones y ampliaciones con nuevos puntos de carga. “Los sistemas innovadores ofrecen ventajas técnicas y operacionales que ayudan a encontrar una solución de recarga automatizada, apostando por la movilidad sostenible y pensando en el futuro”, concluye Henrik Bergman.
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