Esta frase es cada vez más repetida, y sobre todo acertada, en el mundo de las reformas. Las ventanas de aluminio no están solo avaladas por los profesionales y los usuarios, sino también por numerosos estudios. Te contamos por qué el aluminio es el futuro.
En el proceso de reforma de una vivienda, la selección de los elementos y materiales adecuados es crucial para garantizar tanto la eficiencia como la estética del resultado final. Una de las decisiones más importantes recae en la elección de las ventanas, ya que su presencia es dominante a nivel estético, pero también debemos tener en cuenta su funcionalidad y confort. En este contexto, las ventanas de aluminio emergen como una opción sobresaliente, combinando innovación, sostenibilidad y diseño.
Y no lo decimos nosotros, sino que nos basamos en estudios técnicos rigurosos, como los realizados por TECNALIA, y en una revisión exhaustiva de las características y beneficios del aluminio. ¿Cuáles son los aspectos que hacen de este material una solución superior en comparación con otros del mercado? Desde su notable eficiencia energética y contribución a la sostenibilidad ambiental, hasta su versatilidad en diseño y durabilidad a largo plazo, las ventanas de aluminio se perfilan como la opción más coherente.
Uno de los muchos motivos por los que decidimos poner ventanas nuevas es para reducir el consumo energético en el hogar a lo largo del tiempo. Sin embargo, es crucial verificar las afirmaciones publicitarias, ya que muchas de ellas pueden ser engañosas. Según estudios realizados por el reconocido laboratorio TECNALIA anteriormente mencionado, se ha demostrado que reemplazar ventanas antiguas por nuevas de buena calidad resulta en un ahorro energético significativo, independientemente del material.
Tanto el aluminio como el plástico-pvc ofrecen ahorros energéticos prácticamente iguales. Además, la influencia de la transmitancia térmica del marco de la ventana en el aislamiento total es menor de lo que comúnmente se explica. Apunta este dato: es importante considerar la transmitancia total de la ventana, que incluye tanto el marco como el vidrio.
El tiempo pasa para todos y hay que tener en cuenta su durabilidad y resistencia a largo plazo. Las ventanas deben mantener sus características sin deformarse ni perder color, y este es un duro desafío para materiales plásticos menos resistentes. Algunas comparativas engañosas en internet sugieren que el plástico-pvc ahorra más energía que el aluminio, basándose en comparaciones desactualizadas.
La mayor durabilidad y resistencia de la ventana de aluminio hacen que su ahorro a medio y largo plazo sean irrefutables.
Y como recomendación cuando nos planteamos cambiar de ventana, es esencial asegurar una correcta instalación que sólo se podrá conseguir contando con los servicios de un profesional, que garantizará el rendimiento óptimo de las ventanas teniendo en cuenta todos los factores.
El aluminio se destaca como un material ecológicamente superior en varios aspectos. Es 100% reciclable indefinidamente, lo que lo hace sostenible y eficiente en términos de energía, ya que solo requiere el 5% de la energía inicial para su reciclaje. Esta capacidad de reciclaje ha llevado a que aproximadamente el 70% del aluminio producido en los últimos 125 años siga en uso hoy en día.
En contraste, las afirmaciones sobre las propiedades ecológicas del plástico-pvc son cuestionables. Aunque el plástico-pvc se promociona como reciclable y sostenible, la realidad es que su reciclaje es costoso y poco práctico, con un mercado inexistente para el plástico-pvc usado. Esto ha llevado a que los residuos de plástico-pvc se acumulen, requiriendo una "recuperación energética" mediante incineración, un proceso poco rentable y ambientalmente problemático.
El reciclaje del plástico-pvc enfrenta más desafíos debido a su fórmula cambiante, que incluye aditivos peligrosos como el cadmio y el plomo, prohibidos en la legislación europea REACH. Estos componentes tóxicos hacen que el plástico-pvc antiguo sea irrecuperable y no mezclable con versiones más nuevas. Las regulaciones europeas limitan severamente el uso de plástico-pvc reciclado, permitiéndolo solo en el núcleo interno de los perfiles, recubierto con material virgen. Además, el plástico-pvc, derivado del petróleo, un recurso fósil no renovable, enfrenta cuestionamientos sobre su sostenibilidad a largo plazo. Con las reservas de petróleo estimadas para agotarse en unas pocas décadas, el futuro de la producción de plástico-pvc se ve insostenible, marcando una clara diferencia con la sostenibilidad del aluminio.
Las ventanas de aluminio, gracias a su resistencia y rigidez, permiten diseños con perfiles más delgados y estrechos, lo que se traduce en una mayor superficie acristalada y, por tanto, en un incremento significativo de la luminosidad en los espacios interiores. Esta característica es especialmente valiosa en habitaciones pequeñas o con limitada exposición a la luz natural, donde maximizar la entrada de luz es esencial.
Los arquitectos e interioristas lo tienen claro: el aluminio es el material de muchos estudios de arquitectura por su flexibilidad y versatilidad en diseño. Ofrece una amplia gama de soluciones decorativas, acabados bicolores, y una amplia gama de formas y tipos de perfil. Su capacidad para adaptarse a diferentes estilos arquitectónicos y preferencias de diseño lo convierte en una opción versátil y atractiva para cualquier proyecto.
Imagina un material capaz de desafiar al tiempo, manteniendo su esplendor a lo largo de los años como si estuviera congelado en su juventud. Así es el aluminio, un héroe anónimo en el mundo de las ventanas. Solo hay que echar un ojo a las del legendario Empire State Building en Nueva York: sus ventanas de aluminio, después de siete décadas, solo necesitaron un toque de tecnología moderna y una buena limpieza para seguir siendo tan funcionales y brillantes como el primer día. En los edificios históricos, testigos silenciosos de más de un siglo, las fachadas relucen con aluminio imperturbable.
Al compararlo con el plástico-pvc, ese material necesita una columna vertebral de acero para mantenerse en pie y evitar doblarse bajo la presión del tiempo. Mientras el aluminio se sostiene firme y elegante, el plástico-pvc lucha por mantener su forma. Inmutable, sin ceder ante las arrugas del tiempo, las deformaciones, o la pérdida de su encanto original. En el duelo de la durabilidad, ¿quién gana? La respuesta parece clara como el cristal.
En el comentadísimo mundo del aislamiento térmico de ventanas, hay un pequeño truco que algunos jugadores astutos utilizan. Imagina que la ventana es como un equipo de fútbol, donde el marco y el vidrio son jugadores clave. Algunos fabricantes, especialmente los del plástico-pvc, han estado jugando un partido donde solo el marco (que es solo una parte del equipo) recibe toda la atención, haciéndote creer que es el valor absoluto en términos de aislamiento. Pero no. Resulta que el vidrio, que ocupa casi el 80% de la ventana, también juega un papel crucial. Así que, si realmente queremos saber quién gana el partido del aislamiento, debemos valorar al equipo completo, no solo a una estrella.
Y aquí viene la gran revelación: cuando comparamos el equipo completo, descubrimos que el aluminio, especialmente con su técnica avanzada de Rotura de Puente Térmico (RPT), empata con otros materiales en cuanto a aislamiento se refiere. Además, el aluminio tiene un truco bajo la manga: su resistencia inquebrantable al paso del tiempo.
En caso de incendio, las ventanas de aluminio proporcionan una seguridad adicional. No emiten gases tóxicos y resisten altas temperaturas, con un punto de fusión de 660º C. Su incombustibilidad y resistencia a altas temperaturas las hacen preferibles en términos de seguridad en comparación con otros materiales.
La resistencia del aluminio lo convierte en una excelente opción para la seguridad de la vivienda. Su fortaleza inherente dificulta las intrusiones forzosas, ofreciendo una barrera significativa contra robos, en comparación con materiales más débiles que pueden ser fácilmente forzados o dañados.
Al evaluar el precio de las ventanas de aluminio, es esencial considerar su durabilidad, resistencia y capacidad para mantener sus propiedades a lo largo del tiempo. Estas características hacen que el aluminio ofrezca una excelente relación calidad-precio, superando a otros materiales en términos de inversión a largo plazo.
La calidad es lo que cuenta y a lo que todos aspiramos. El sector del aluminio se distingue por su compromiso con la misma, respaldado por marcas de calidad internacional como Qualicoat, Qualanod y Qualideco. Estos sellos aseguran acabados premium en soluciones de aluminio, incluyendo efectos decorativos avanzados como la imitación madera.
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